Llego el Día de Reyes, llamados por todos magos, sabios, sacerdotes y astrólogos. De hecho para muchos hoy se celebra el Día del Astrólogo.
Felicidades a todos con los que comparto este excitante camino de aprendizaje, a mis maestros, y a todos mis clientes que por años me han dado el honor de crecer juntos.
Ahora acompáñame a ver que nos enseña esta historia:
La corona de los reyes simboliza la valentía de haber tomado el destino en las manos. Si bien la vida es recibida o heredada, llega el momento en el que tienes que convertirte en el absoluto responsable de ella, seguir tu propia estrella y renacer nuevamente en ti.
Esotéricamente este corona de mil pétalos es llamado Kether o chakra corona, la que nos une con lo superior. Todos tenemos una.
Los reyes le regalan al Niño frutos del conocimiento como el incienso, oro y mirra, que son la expresión de la trinidad del cuerpo, mente y alma.
En la historia se habla de los pastores, gente sencilla de corazón unido a la naturaleza. Cuando adoran a El Niño le ofrecen los alimentos de la vida: leche, frutas, lana y un corderito.
La estrella representa la iluminación, la luz interior, la eliminación de la ignorancia. Sin embargo, poco antes de alcanzar la meta, los reyes pierden la estrella y tienen que reiniciar la búsqueda nuevamente, esto nos pasa a todos. Es entonces cuando acuden a los pastores, y son los hombres del corazón que los guían el último trecho hasta el pesebre.
Aquí el gran aprendizaje de esta historia: la mente nos lleva muy lejos, ahora, es con el corazón que damos el ultimo paso.
Y algo más… muchas veces para llegar al corazón tenemos que perdernos…
Un hombre con Sabiduría y sin Corazón no es nadie. Un hombre con Corazón y sin Sabiduría no es nadie. Recuérdalo.
Sigamos bailando esta danza sabrosona que se llama vida!