Perder el rumbo no es el problema, ni regresar tampoco, es la actitud que tomamos ante esto lo que hace todo una complicación o una fascinante aventura. Mercurio Re-trogrado esta haciendo de las suyas.
La semana pasada unos pequeños cristales en mi oído se “desajustaron”, produciéndome mareos y sentir como que el piso era de gelatina, estos son los síntomas del vértigo. Luego que el doctor de turno me atendió, un chico transgender que me lleno de orgullo y agradecimiento, y me chequeo y me dijo que no moriría, se inicio en mi un estado de disfrute muy especial de esta situación. Si, de pronto comencé a agradecer la condición y me sentí en estado de éxtasis y alegría alterada, estaba naturalmente high. Seguía el mareo, pero sentía el sol y el viento en mi piel de una manera especial, me reía de todo. Sin saberlo esto me estaba encaminando a una nueva coordenada.
Ese mismo día me encontré con la maga de las magas (por no llamarla bruja), Elia Padrón, la cual me hizo ver que mi SER estaba re-direccionándome y que mi GPS interno estaba buscando Norte. Entendí que esa “apariencia”, así llama ella a las enfermedades para no identificarse con ellas, era solo un regalo de mi cuerpo para llevarme de regreso a la ruta. Lo que antes mi mente y mis sentimientos no lograron, ahora el MESTRO cuerpo lo haría.
Justo al terminar una hermosa conversación integre donde, cuando y el que habían creado esta “apariencia”, y al tomar responsabilidad de mis elecciones, inmediatamente el mareo paso, se fue, pude ver nuevamente con claridad. Mi GPS se Re-ajusto. No fue un milagro, fue un milogro.
¿y no es para esto que se nos presentan diversas condiciones en la vida?, ¿solo para mirarlas, no identificarnos con ellas, dejar que nos den el mensaje que puede llegar por diferentes maneras y luego… SUELTARLAS?.
Las “apariencias “ no llegan para quedarse, vienen para mostrarnos lo que tenemos que reconciliar y luego como vinieron se van, para que entonces tomemos acciones. Si elegimos quedarnos enganchados en ellas e identificarnos, entonces allí comienza el verdadero problema. Dejamos de ser observadores para convertirnos en protagonistas dolientes, y no importa la acción que tomemos nos quedaremos girando en torno a lo mismo.
Hoy termine el tratamiento que me envió la doctora. Ahora camino más despacio, esto me lo dejo lo del mareo, más alerta, más seguro de mi y con una media sonrisa que me gusta capturar en mi cara. Me siento más agradecido, más afortunado y presente. El afuera sigue igual, pero algo en mi retorno a casa, al lugar del que de verdad nunca partí.
Gracias a todos los que están allí. Somos aliados.